martes, 9 de abril de 2013

USO DE SUELO Y FERTILIDAD

              USO DE SUELO Y FERTILIDAD..                                                  Dinamica del uso de suelos y su fertilidad en el Paraguay

Los suelos de potencialidad agrícola abarcan 7,2 millones de hectáreas en el país, de los cuales son utilizadas solo el 33%, en la que está sustentada la economía paraguaya ya que constituye el 80% de las divisas que ingresa al país.

Relación porcentual entre uso actual y potencial del suelo para agricultura. Fatecha, A. DIA-MAG, 2004.
En los últimos 30 años ocurre la rápida expansión de la frontera agrícola llegando a su punto máximo en los años 1991- 1995, todos a expensas del bosque, donde la planificación de uso racional no fue completa ni armónica.


 Destronque en desacuerdo a su capacidad de uso (Vallejos, 2009).
Este hecho, llevó a la introducción de la mecanización agrícola, realizadas con implementos en total desacuerdo a la vocación de los suelos habilitados, donde se destacan principalmente las características geomorfológicas, asociadas a las condiciones de altas temperaturas y precipitaciones pluviales desagregantes y desalcalinizantes. El ámbito de la problemática abarca el 90% de la superficie de la Región Oriental del país, donde los procesos de degradación fueron extremadamente acelerados, principalmente en lo concerniente a la erosión y a la fertilidad de los suelos, lo cual es atribuible principalmente a la no utilización de los suelos en acorde a su capacidad o aptitud de uso.
Es destacable, que inicialmente estos suelos fueron sometidos al laboreo por el sistema convencional, lo que conllevo al bajo uso de restos vegetales, controlados mediante el fuego, además el movimiento excesivo del suelo, induciendo a la mayor problemática presentada en los inicios de la mecanización agrícola que fue la compactación y sus consecuencias.
También fue determinante, el hecho que existía una visión incompleta del proceso erosivo, ya que su control se basaba en los efectos y no en las causas.
El manejo inadecuado de los suelos se enfatiza, en la deficiente utilización de los restos vegetales, asociados al excesivo movimiento del suelo, causada por el tipo de implemento empleado y la sucesión de cultivos poco productores de biomasa que condujeron a la descomposición estructural y su acidificación, que se observaron en la disminución de su fertilidad, esto sucedió en el sistema de siembra convencional, tanto en fincas de pequeños agricultores como en los de agricultura extensiva.
Dentro del sistema productivo se identificó dos sistemas bien diferenciados de explotación: (i) las no mecanizadas ocupadas por fincas de pequeños productores y (ii) las mecanizadas agrupados en dos agrosistemas en función de la textura del suelo (leve o arenosa y pesada o arcillosa), en ambos casos con alta disminución de los promedios de producción.
Ante tal situación alrededor, de los finales de la década de 1970 e inicios del año 1980, ha surgido como estrategia de revertir la problemática, la utilización de la labranza mínima de preparación vertical y principalmente el sistema de siembra directa, que pasó a constituir principalmente este ultimo sistema, uno de los mayores logros para evitar el deterioro de los suelos del Paraguay, por constituir su planteamiento efectivo de métodos financiables para conseguir la sostenibilidad. Hoy llegan a abarcar un promedio fluctuante de 1,3 a 1,5 millones de hectáreas donde se ubican los principales rubros industrializables y de exportación.
Estos avances se apoyaron, además de los sistemas labranzas, en el control de la acidez mediante efectivos y oportunos encalados, uso de coberturas vegetales, sean estos restos de cultivos o abonos verdes. También es bastante generalizado, en el sistema de siembra directa, el uso de fertilizantes, aunque en su totalidad importados, cuyo uso están apoyados por recomendaciones de niveles de fertilizantes emitidos en base a análisis de suelos debidamente calibrados, para quienes usan los servicios de los laboratorios locales.
Para revertir la problemática, es imperativa la utilización de técnicas recuperativas y conservacionistas, debidamente acompañada por investigaciones y validaciones, sean estos en el sector privado o estatal.
EMILIO MACIEL
 

Macronutrientes del Suelo



La fertilidad del suelo
Parámetros químicos: Principales nutrientes del suelo
La cantidad de nutrientes que contiene el suelo va a determinar el potencial que tiene este para alimentar los cultivos que se desarrollarán sobre él. El hecho de cultivar hace que se agoten los nutrientes del suelo que pasan a formar parte de las plantas. Por eso es necesario fertilizar el suelo, para reponer los nutrientes que han sido extraídos.
Se suelen clasificar los nutrientes en Macro y Micronutrientes bajo un criterio de cantidad que precisan los cultivos de cada uno de ellos y su presencia en las plantas, pero no debemos pensar que los micronutrientes, por necesitar menos cantidad, son menos importantes para el desarrollo correcto de los cultivos. Las deficiencias en micronutrientes se tienen poco en cuenta, por el contrario, se presta más atención a los macronutrientes NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio), dando como resultado carencias importantes, daños en cosechas, malos desarrollos en los cultivos. De ahí que también se denominen a los micronutrientes como oligoelementos (poca cantidad pero imprescindibles).
Macronutrientes del suelo: Nitrógeno (N), Fósforo (P), Potasio (K), Calcio (Ca), Magnesio (Mg), Azufre (S).
Micronutrientes del suelo: Hierro (Fe), Zinc (Zn), Manganeso (Mn), Boro (B), Cobre (Cu), Molibdeno (Mo), Cloro (Cl).
En este artículo repasaremos las funciones en los cultivos de los macronutrintes, quedando las de los micronutrientes para un posterior artículo.
Macronutrientes:
Nitrógeno (N): Es el nutriente que favorece el desarrollo de la parte aérea de las plantas y proporciona el color verde a las hojas. Por lo tando las deficiencias en Nitrógeno derivan en cultivos de plantas débiles, pálidas con lo cual la productividad del cultivo queda mermado.
Fósforo (P): Es un nutriente importante por estar implicado en numerosas funciones en las plantas. Podemos destacar, entre todas ellas, que es el componente esencial en las enzimas vegetales implicadas en la transferencia de energía de los procesos metabólicos, presente en los ácidos nucleicos, azúcares y ácido fítico, participa en la fotosíntesis y respiración, es un componente esencial en la membrana celular, favorece el desarrollo radicular, durante la floración favorece la maduración de los frutos, Cuando este es deficiente, la planta es más débil, no crece al mismo ritmo, no desarrolla sus raíces, se retrasa la floración y la maduración de los frutos y las plantas son menos resistentes al frío.
Potasio (P): También es muy importante en el metabolismo de las plantas. Controla la respiración abriendo y cerrando los estomas y actuando sobre los cloroplastos, en la fotosíntesis. Participa en la movilización de los azúcares desde las hojas a zonas de almacenaje (semillas, tubérculos, etc,…). Mejora el sabor de los frutos, aumenta la resistencia de las plantas a enfermedades, parásitos y heladas. Cuando el potasio es deficiente, toda la planta está flácida y las hojas parecen viejas y se amarillean desde los bordes. Las plantas suele romper o partir por culpa de la flacidez y son más propensas a enfermedades.
Calcio (Ca): Es un nutriente necesario para que la planta pueda absorber otros nutrientes. Forma parte de la estructura de la pared celular vegetal. Forma parte de enzimas vegetales y fito hormonas. Favorece la resistencia a altas temperaturas. También mejora la resistencia a enfermedades y afecta a las propiedades organolépticas de los frutos.
Magnesio (Mg): El magnesio participa en todas las reacciones químicas del metabolismo de las plantas, especialmente en los procesos de fosforilación y energía. También forma parte de la pared celular vegetal y ayuda a la acumulación de vitamina C y ácido cítrico, valorado en frutos y verduras.
Azufre (S): Cuando hay azufre, mejoran las funciones del nitrógeno. Vital en la síntesis de proteínas, en las reacciones enzimáticas del metabolismo energético y de ácidos grasos. Componente de la vitamina B1 y forma parte de sustancias que la planta posee como defensa.

Proceso de formación


  • Sedimentario. En este tipo de suelo, las partículas se formaron en un lugar diferente, y fueron transportada y se depositaron en otro emplazamiento;
  • Residual. Este suelo se ha formado por la meteorización de las rocas en el mismo local donde ahora se encuentra, con escaso o nulo desplazamiento de las partículas;
  • Relleno artificial. Estos son construidos por el hombre para los más diversos fines.

    Suelos sedimentarios

    Para explicar la formación de los suelos sedimentarios deben considerarse las tres fases del proceso de: (I) La formación del sedimento; (II) El transporte; y, (III) El depósito de los sedimentos.

    [editar]Formación de sedimentos

    El principal modo de formación de los sedimentos lo constituye la meteorización física y química de las rocas de la superficie terrestre. En general las partículas de limo, arena y grava se forman por la meteorización física de la roca, mientras que las partículas arcillosas son formadas por procesos de alteración química de las mismas. La formación de particulas arcillosas a partir de las rocas puede producirse, por combinación de elementos en disolución o por la descomposición química de otros minerales.

    [.]Transporte de los sedimentos

    Los sedimentos pueden ser transportados por uno de los cinco agentes siguientes: agua, aire, hielo, gravedad y organismos vivos. La forma de transporte afecta los sedimentos principalmente de dos formas: a) modifica la forma, el tamaño y la textura de las partículas por abrasión, desgaste, impacto y disolución; b) produce una clasificación o graduación de las partículas.

    [editar]Depósito de los sedimentos

    Después de que las partículas se han formado y se han transportado se depositan para formar el suelo sedimentario. Las tres causas de este depósito en el agua son: la reducción de la velocidad, la disminución de la solubilidad y el aumento de electrolitos. Cuando una corriente desemboca en un lago, océano, o un gran volumen de agua, pierde la mayor parte de su velocidad. Disminuye así la fuerza de la corriente y se produce una sedimentación. Cualquier cambio en la temperatura del agua o en su naturaleza química puede provocar una reducción en la solubilidad de la corriente, produciéndose la precipitación de alguno de los elementos disueltos.
    -AguaAireHieloGravedadOrganismos
    TamañoReducción por disolución, ligera abrasión en superficie, abrasión e impacto en el arrastre.Considerable reducciónConsiderable abrasión e impactoImpacto considerableLigeros efectos de abrasión por el transporte directo por organismos vivos.
    Forma y redondezRedondeo de arena y gravaElevado grado de redondeoPartículas angulosas y planasAngulosas, no esféricas-
    Textura superficial
    • Arena: liza pulimentada brillante
    • Limo: escaso efecto
    El impacto produce superficies matesSuperficies estriadasSuperficies estriadas-
    Clasificación por tamañoConsiderableMuy considerable (progresiva)Muy escasaNulaLimitada

    [editar]Suelos residuales


    Los suelos residuales se originan cuando los productos de la meteorización no son transportados como sedimentos, sino que se acumulan en el sitio en que se van formando. Si la velocidad de descomposición de la roca supera a la de arrastre de los productos de la descomposición se produce una acumulación de suelo residual. Entre los factores que influyen en la velocidad de alteración de la naturaleza de los productos de la meteorización están el clima (Temperatura y lluvia), la naturaleza de la roca original, el drenaje y la actividad bacteriana.
    El perfil de un suelo residual puede dividirse en tres zonas: a) la zona superior, en la que existe un elevado grado de meteorización, pero también cierto arrastre de materiales; b) la zona intermedia en cuya parte superior existe una cierta meteorización, pero también cierto grado de deposición hacia la parte inferior de la misma; y, c) la zona parcialmente meteorizada que sirve de transición del suelo residual a la roca original inalterada.
    La temperatura y otros factores han favorecido el desarrollo de espesores importantes de suelos residuales en muchas partes del mundo.
    Patricia Jarolin

perfil del suelo 2

Perfil del suelo.

         El perfil de un suelo es la sección o corte vertical que describen y analizan los edafólogos con vistas a describirlo y clasificarlo. Este suele tener un metro o dos de profundidad, si la roca madre, o el material parental, no aparece antes. Este modo de proceder, no significa que puedan alcanzar mucho mayor espesor en algunas ocasiones, sino que con vistas a clasificarlos tan solo se utilizan los mencionados uno o dos metros superficiales, dependiendo de la taxonomía concreta que utilicemos. Como profesionales solemos incurrir en la manía de pasar a hablar inmediatamente de sushorizontes constituyentes. Sin embargo, puede darse el caso que un suelo (o medio edáfico) no atesore más que uno o dos horizontes (a veces muy parecidos), siendo fácil confundir a los no iniciados. Por tanto, esta es la primera lección que debemos aprender: no todos los perfiles de suelos tienen que estar necesariamente constituidos por varios horizontes. Existen dos razones principales.

1.        Que el suelo sea muy joven y no transcurriera el tiempo necesario para que se       
          desarrollen estas estructuras macro-morfológicas
2.    Que existan procesos que tiendan a homogeneizar el perfil impidiendo la     
    emergencia de estas capas. Si este es el caso hablamos de edafoturbación, por cuanto existen diversos mecanismos que pueden ser responsables de mezclar los materiales e impedir que se generen. Pero también puede ocurrir que los materiales se remocen una y otra vez, mezclando y destruyendo unahorizonación previa, si ésta existía. ¿Qué mecanismos?: hieloprocesos mecánicos relacionados con la propia naturaleza de los materiales edáficos (especialmente su contenido y tipo dominante de arcilla), la actividad de los organismos del suelo, etc.
               Pero vamos a entrar en detalles. El perfil del suelo, en el sentido amplio del        
               término puede dividirse en 6 capas y horizontes, sin que esto signifique que      
               no pueden  faltar algunas de ellas. Estas serían según profundizamos desde la      
              superficie:

1.  Los horizontes orgánicos desprovistos de materia mineral, llamados a menudo“0” u “H”
2.  Los horizontes órgano-minerales, es decir más o menos ricos en materia orgánica y mineral. Estos suelen calificarse como horizontes “A
3.   Los horizontes de lavado, en el que los minerales más fáciles de descomponer por la acción del clima, organismos y materia orgánica, desprenden partículas (limos arcilla, moléculas orgánicas, nutrientes) al siguiente horizonte. Se trata de los horizontes “E”.
4.  Los horizontes minerales edafizados, es decir muy afectados por los procesos que ocurren en el suelo, a los que se suelen denominar horizontes “B
5.   Horizontes poco edafizados en donde puede discernirse la estructura de la roca o material parental de la que proceden los suelos y que reciben el apelativo de Horizonte“C”.
6.   La roca madre o material parental, poco o no alterada, a la que denominamos 
               “R” o “D.




            En la práctica, los horizontes orgánicos no “suelen” tenerse en cuenta con vistas a la clasificación de un suelo, como tampoco los R (“en general”), ya que en sentido estricto no forman parte de él. Los últimos son rocas y su estudio concierne a la litología (geología), mientras que los primeros pueden ser muy efímeros, pudiendo cambiar de morfología en pocos años. Más aun, muy a menudo los horizontes E o no aparecen o son difíciles de discernir. Por estas razones, en muchos cursos tan solo se mencionan los Horizontes A, B y C. Una clasificación sencilla de los horizontes orgánicos  la podéis encontrar pinchando en este post:. Para clasificar correctamente los horizontes R debe utilizarse una clasificación litológica.

         Tampoco debe olvidarse que el perfil del suelo puede albergar horizontes de transición entre el suprayacente y subyacente, atesorando propiedades intermedias. Cuando esto ocurre, con vistas a su denominación, de uno u otro modo, se utiliza una combinación de las letras que designan a los horizontes principales entre los que se encuentran (por ejemplo, AB, AC, etc.).  

 


      Generalmente, los suelos más jóvenes o menos evolucionados tienen una horizonación muy simple de su perfil del suelo. Esta es del tipo A – R. Conforme, evolucionan, el número de horizontes tiende a incrementar, si no existen los comentados procesos de edafoturbación. Tal como aparece en el siguiente esquema.

 

          Incremento de la complejidad de los perfiles del suelo con el tiempo

       El horizonte A tiende acumular materia orgánica tornándose, por lo general,  más oscuro que los demás. El problema para ser precisos radica en que existen muchos subtipos de horizontes distintos para cada uno de los tipos mencionados.

 

         ¿Se mantiene siempre la secuencia de horizontes previamente descrita desde la superficie hasta el material parental? La respuesta obligatoria a esta cuestión debe ser : ¡No!. Se trata de un modelo ideal, pero existen circunstancias muy variadas que dan lugar a excepciones a esta regla. Pongamos un par de ejemplos. Los suelos de las cimas de una ladera pueden erosionarse y transferir sus materiales a los de posiciones más bajas. No es inusual que en ciertas ocasiones un perfil “normal” se encuentre recubierto por los materiales de horizontes generados colina arriba, generando secuencias atípicas en donde un horizonte A, B, o C puede superponerse a otro A del perfil de un suelo ya cerca de la base de la ladera. Del mismo modo, un perfil edáfico puede ser sepultado por una capa de lava, que al enfriarse se transforma en roca. El resultado es que un horizonte R se superpone a un perfil normal. Existen otras muchas combinaciones que podrían citarse. Sin embargo, en ausencia de perturbaciones lo normal es que la secuencia se mantenga, con un mayor o menor número de horizontes.     


 


            La mayor parte de los horizontes son más o menos paralelos a la superficie del suelo, como se puede observar en la siguiente figura, sin que ello quiera decir que no sean exactamente paralelos a la superficie del terreno, ya que las fronteras entre unos y otros pueden ser muy sinuosas. 

 

      En estas descripciones básicas, suele soslayarse la existencia de suelos casi puramente orgánicos, es decir prácticamente carentes de materia mineral. Se trata de lo que en edafología se denominan Histosoles y en el lenguaje popular turberas. Como es lógico, el perfil de estos suelos difiere mucho de los mimerales. Estos también pueden (o no) atesorar horizontes de otro tipo que suelen ser clasificados en función del grado creciente de descomposición de la materia orgánica en fíbricos, hémicos y sápricos, como ya describimos en nuestro post.

 

             Suelo orgánico, Turbera o Histosol
           Finalmente cabe señalar que aunque generalmente los horizontes del suelo son mucho más blandos y deleznables que las rocas de las que proceden, no siempre es así. A veces, según el grado de desarrollo y los materiales que lo componen, algunos horizontes pueden cementarse y adquirir una dureza que puede superar a las de sus rocas madre. En tales casos se denominan “horizontes endurecidos, pétreos o “cretas”. Si el agente cementante es el hierro hablamos de ferricretas, si lo es el silicio de silicretas, si es el calcio de calicretas u horizontes petrocálcicos, etc.
Jenny Bracho.

Las aguas que riegan el suelo paraguayo


Sabemos que el Paraguay no posee costa sobre el mar; no obstante, nuestro país suple esta peculiar característica de su relieve, utilizando su sistema hidrográfico que es de gran importancia y complejidad
HIDROGRAFÍA DEL PARAGUAY


Nuestro país está geográficamente condicionado por dos grandes cursos fluviales: el Paraguay y el Paraná, y por un tercero, el Pilcomayo, afluente del Paraguay por su margen derecha.



El río que da nombre al país



El río Paraguay, posee 3862 km de recorrido total, de los cuales 1262 km bañan el suelo nacional; es el río más importante, pues es utilizado para el aprovechamiento económico del país. A través de sus aguas se transportan productos de gran volumen a fin de satisfacer, tanto el comercio doméstico como el internacional.

  •  Su anchura media es de 300 a 600 m. 
  •  Su caudal es de unos 4300 m3 / seg.
  •  Es posible la navegación de gran calado desde su desembocadura hasta Asunción y de pequeño calado hasta Bahía Negra.
  •  Tributarios del río Paraguay por la orilla izquierda
  •  En su tramo paraguayo, el río Paraguay recibe por su margen izquierda (entre los más importantes), a los ríos: Apa (380 km), Aquidabán (270 km), Ypané (275 km), Aguaray Guazú (170 km), Tebicuary (235 km), formado por el Tebicuary Guazú y el Tebicuarymí.
  •  Otros ríos son el Manduvirâ, EL Salado, el Piribebuy, el Tobatîry.
  •  Tributarios del río Paraguay por la orilla derecha 
  •  Los afluentes más importantes son: el Confuso (250 km), el Pilcomayo (835 km, en su paso por el Paraguay), Verde (255 km) Monte Lindo (205 km), Negro (40 km), Aguaray Guazú (150 km)
  •  Además afluyen al río Paraguay los riachos Yacaré, Yacaré Norte, Yacaré Sur, María, San Carlos, Periquito, Curupayty, Alegre, Mosquito, González y Cañada Reservista. Se encuentran también dos lagos el Ypacaraí y El Ypoá, ambos de gran atractivo turístico tanto para extranjeros como para nacionales.

EL PARANÁ, UN RÍO “SEMEJANTE AL MAR”


  • El río Paraná es uno de los ríos más grandes del mundo.
  • Su nombre viene de para, ‘mar’ y na, ‘parecido, parecido al mar’.
  • Nace en Goias (Brasil). Recorre en su curso por el Paraguay 689 km.
  • Su caudal es de 35000 m3 /seg.
  • Su cuenca es de 1.510.000 km2.
  • Su profundidad es muy variable, entre 15 y 150 m.
  • Su anchura es de 1.500 m frente a Encarnación, y 4.000 m en el sur.
  • Es navegable en casi todo su curso.
  • Afluentes del río Paraná 
  • A su paso por el Paraguay, el Paraná recibe numerosos afluentes, entre los cuales se destacan el: Piratiy, Brillante, Carapá , Itambey, Limoy, Acaray, Monday, Ñacunday, Yacuy Guazú, Tembey, Pirayu`i y 

SUMANDO CONOCIMIENTOS



Dos importantes detalles acerca del río Paraná:



-El río Paraná con su elevado caudal y los saltos con desniveles de 150 m lo convirtieron en asiento ideal de dos grandes represas hidroeléctricas en el suelo paraguayo: Itaipú y Yasyretá.



-Una nutrida red de arroyos vierten sus aguas en este gran río sudamericano, entre los que citamos: Barrero Pochy, Pozuelo, Azul, Teresa, Itá Coty, Itutí, Paso Hû, Pirá Pytâ, Yarará, Carpincho e Imperial.
Patricia Jarolin 

horizontes del suelo 2

Durante la formación del suelo, se van desarrollando en él distintas capas llamadas horizontes, aproximadamente paralelas a la superficie del terreno y distinguibles entre sí por su color, contenido de materia orgánica, consistencia, contenido de carbonato cálcico (vulgarmente llamado cal), etc.

Los horizontes del suelo se designan mediante letras mayúsculas y minúsculas.Las mayúsculas designan los tipos de horizontes principales, mientras que las minúsculas se utilizan para detallar y calificar a éstos. Los horizontes principales más frecuentes en los suelos de olivar son de tres tipos: A, B y C.El horizonte A, o parte superficial del suelo, se caracteriza, frecuentemente, por contener más materia orgánica y ser más blando y oscuro que los horizontes subyacentes.El horizonte B se forma debajo del horizonte A en aquellos suelos que han evolucionado durante bastante tiempo (al menos cientos de años).El horizonte C está constituido por material no consolidado y poco afectado por otros procesos de formación del suelo que no sean de tipo predominantemente físico (este horizonte representa, frecuentemente, el material de partida del suelo, una vez disgregado) Las capas de roca continua y dura que constituyen muchas veces el substrato de los suelos se designan con la letra R.A veces, se presentan horizontes de transición en losque se funden las propiedades de dos horizontes principales; estos horizontes se indican con una combinación de letras mayúsculas (por ejemplo, AB, BA, CA).
perfil del suelo Juan carlos enciso

Prop. Quimicas de Suelo

  Las propiedades químicas del suelo varían con el tiempo

La meteorización del material de partida por el agua determina, en gran medida, la composición química del suelo que por último se ha producido. Algunas sustancias químicas se Hxivian* en las capas inferiores del suelo donde se acumulan, mientras que otras sustancias químicas, que son menos solubles, quedan en las capas superiores del suelo. Las sustancias químicas que se eliminan con más rapidez son los cloruros y los sulfatos, a los que siguen el calcio, el sodio, el magnesio y el potasio.
Los silicatos y los óxidos del hierro y el aluminio se descomponen con mucha lentitud y apenas se lixivian*. Cuando algunos de estos productos se ponen en contacto con el aire del suelo, tienen lugar reacciones químicas como, en partícular la oxidación, que provoca la formación de sustancias químicas más solubles o más frágiles que las originales. En consecuencia, se aceleran los procesos de meteorización, aumenta la lixiviación* de las sustancias químicas y se producen otros cambios en la composición química del suelo.
 Las propiedades químicas del suelo varían con el tiempo
La meteorización del material de partida por el agua determina, en gran medida, la composición química del suelo que por último se ha producido. Algunas sustancias químicas se Hxivian* en las capas inferiores del suelo donde se acumulan, mientras que otras sustancias químicas, que son menos solubles, quedan en las capas superiores del suelo. Las sustancias químicas que se eliminan con más rapidez son los cloruros y los sulfatos, a los que siguen el calcio, el sodio, el magnesio y el potasio.










Los silicatos y los óxidos del hierro y el aluminio se descomponen con mucha lentitud y apenas se lixivian*. Cuando algunos de estos productos se ponen en contacto con el aire del suelo, tienen lugar reacciones químicas como, en partícular la oxidación, que provoca la formación de sustancias químicas más solubles o más frágiles que las originales. En consecuencia, se aceleran los procesos de meteorización, aumenta la lixiviación* de las sustancias químicas y se producen otros cambios en la composición química del suelo.

Cuando los suelos anegados que contienen sulfuros ferruginosos (piritas) se exponen al aire, como por ejemplo, durante la construcción de estanques, éstos pueden convertirse en suelos ácido-sulfáticos de agua dulce (véase la Sección 1.8), lo que provoca la oxidación de las piritas y la acidificación del suelo. El agua del estanque puede entonces hacerse demasiado ácida para la piscicultura
El aire presente en el suelo contiene también dióxido de carbono. Al combinarse con agua, ese gas puede formar un ácido débil (ácido carbónico) que reacciona con algunas de las sustancias químicas del suelo para formar otras.

La reacción química del suelo: el pH
¿Qué significa el pH?
Los suelos pueden tener una reacción ácida o alcalina, y algunas veces neutral. La medida de la reacción química del suelo se expresa mediante su valor de pH. El valer de pH oscila de O a 14, y el pH = 7 es el que indica que el suelo tiene una reacción neutra. Los valores inferiores a 7 indican acidez y los superiores a 7 alcalinidad. Mientras más distante esté la medida del punto neutro, mayor será la acidez o la alcalinidad.

¿Cómo se mide el pH?
El método de mayor precisión para la determinación del pH del suelo es el que se realiza mediante un contador eléctrico del ph, que ofrece una lectura directa del valor de pH cuando los electrodos de vidrio se introducen en una solución que se obtiene mezclando una parte de la muestra del suelo y dos partes de agua destilada. Los equipos de esa índole se pueden encontrar en los laboratoríos de análisis de suelos.



Como indicación general del pH del suelo, se pueden utilizar sobre el terreno el papel de tornasol y los indicadores cromáticos. El papel de tornasol que adquiere un color rojo en condiciones ácidas y azul en condiciones alcalinas, es relativamente poco costoso y, por lo general, se puede comprar en farmacia. Dicho papel se sumerge parcialmente en una suspensión de suelo que se obtiene mezclando una parte de suelo y dos partes de agua destilada o, si fuese necesario, de agua de lluvia pura recogida directamente en un recipiente limpio. También se pueden adquirir equipos para ensayos de campo, incluidos diversos indicadores cromáticos. Como se indica en las instrucciones, normalmente se mezcla una pequeña muestra de suelo con un poco de agua destilada y una sustancia química, y se agregan varías gotas de un indicador cromático. El color de la solución cambia y ese nuevo color se compara con un gráfico que acompafía al equipe de ensayo, a partir de lo cual se determina el valor de pH.

¿Cuál debe ser el valor del pH del suelo?
El pH de las capas de suelo que más tarde constituirán los diques y el fondo de sus estanques influirá considerablemente en su productividad. En agua ácida, por ejemplo, el crecimiento de los microorganismos que sirven de alimento a los peces puede disminuir marcadamente. Cuando la acidez o la alcalinidad son extremás, podría hasta verse en peligro la salud de sus peces, lo que afectarla a su crecimiento y reproducción. video de ph de suelo

Para lograr buenas condiciones productivas, el valor del pH del suelo del estanque no debe ser demásiado ácido ni demasiado alcalino. Es preferible que el pH esté dentro de la gama de 6,5 a 8,5. Los suelos que tienen un pH inferior a 5,5 son demásiado ácidos y los que tienen un pH superior a 9,5 son demásiado alcalinos. Ambos casos requieren técnicas de ordenación especiales que aumentan considerablemente el costo de la piscicultura. Este tema se tratará en un próximo manual de la Colección FAO: Capacitación. Si el pH del suelo es inferior a 4 o superior a 11, debe considerarse como un suelo no apto para la construcción de diques de estanque o para su utilización como fondo de estanque.